Seguidores

domingo, 21 de diciembre de 2014

Quiero

Quiero... Alguien que cuando me ponga borracha me lleve a casa en brazos. Que me rompa las medias con la boca, y luego me compre otras. Que me haga el amor contra la pared y se meta conmigo en la bañera. Que se pierda conmigo para después rescatarme de laberintos sin sentido. Que saque la espada y me defienda de víboras, pirañas y putas. Alguien que cosa disfraces a mis días malos, y los convierta en buenos. Que no se enfade si no me entiende, ni me entiendo y lo mareo. Que me saque la lengua cuando me ponga tonta y me haga enmudecer. Que no dé por hecho que siempre voy a estar ahí pero que tampoco lo dude. Que no me haga sufrir porque sí, pero que tampoco me venda amor eterno manoseado. Alguien que no pueda caminar conmigo por la calle sin cogerme de la mano. Que no me compre regalos pero que tenga mil detalles de papel. Que no le guste verme llorar y me haga reír hasta cuando no tenga ganas. Que de vez en cuando decida perseguirme en los bares y conocerme otra vez. Que me mire, le mire, y me tiemblen las piernas sin remedio. Alguien que esté loco por mí, y no se le olvide decírmelo los días de resaca. Que si se pone animal, sea sólo en la cama, y me mate a besos por la mañana. Que no se acostumbre a mí y deje de inventar nombres nuevos para despertarme. Que si mira a otra, luego me guiñe un ojo, y se ría de mis celos de hojalata.
Y sobre todo que no tenga que perderme para darse cuenta de que me ha encontrado...

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Creo

Sabías como mentirme. Aprendiste a engañarme con promesas, palabras, que no fijaban actos. A besarme con los ojos abiertos sin que yo me diera cuenta. A decirme 'te quiero' sin remordimientos, aferrándote a mi mano y mirándome a los ojos, sin una mínima pizca de malicia.
Sigo sin entender cómo hiciste para prestarme atención a medias, a sonreír en los momentos justos. A decirme que me amabas... El amor no se mantiene a base de mentiras. Si en verdad me querías en tu vida, no entiendo por qué jugaste conmigo.
Y supongo que nunca lo voy a saber, creí que en verdad estabas enamorado de mí.
Bueno, tal vez lo estuviste, a veces tengo esa ligera impresión... Aunque por suerte había aprendido a fingir que te creía.


martes, 25 de noviembre de 2014

Miradas

Y si huyo del pasado no necesito que entiendas por qué, pero no me hes necesario recordar momentos agridulces. 
No hay que explicar lo que sucedió o cómo, no, no es necesario. Aunque me duela e intente no sentir, siento y esa es una de las partes más difíciles. El sentimiento, que puede venir acompañado de amor, consuelo y alegría, como de tristeza, desolación y bronca. Todo en un mismo momento, en un mismo instante, en un mismo corazón.
Entendí que hasta el fuego más grande se apaga si haz dejado de echarle leña. 
Así que por favor, sigue tu vida, tu camino y tu espacio, no es necesario pensar en el ayer. Espero que cuando tu mundo se desmorone no sea culpa mía y puedas pensar en pequeñas alegrías. Oh, si nos volvemos a cruzar, por favor, intenta sonreír. Será un recuerdo lindo el volverte a ver. No corras tu mirada, ya que me dolería mucho. Ya es mucho castigo el saber que no me volverás a mirar de la misma manera. 

No hay nada

Aun me parece apropiado escribir una carta a media noche o un papel marchito en el medio del recreo. Empezar con un 'hola cariño' y finalizar con un 'te quiero amor'. Recordar esos bailes que no tendrían que haber sido y esos besos que fueron un poco intensos.
Sé que no soy la persona a la que recurres cuando tienes un problema, no soy la indicada. Y tal vez ni te haga falta recibir mis mensajes de consuelo a mitad de la oscuridad, es tan raro pensar que alguien más los pueda apreciar.
Y lo peor es que sé que podría buscarte, que con un llamado estarías aquí, a mi lado, que podría regresar todo a lo que una vez fue. Y hay una parte mía que me hace odiar el futuro, por esa presencia que muchas veces se sentía bien, por esa sonrisa que me transmitía confianza y por esa seguridad que me hacía creer que estaba en el camino correcto.
Y que extraño es decidir estar sin ti, pero cariño, no hay algo en mi que pueda continuar contigo. 

lunes, 24 de noviembre de 2014

Buena suerte y hasta nunca.

Vuelve el recuerdo de nuestro último beso.
Tal vez debimos haber pensado otra cosa, hecho. ¿Un buena suerte y hasta nunca quedará de esta historia que creíamos sin final?
Sentados, codo a codo, hombro a hombro, sintiendo nuestra presencia.
Me besaste, nos besamos. ¿Sabíamos que se acercaba el final?
Tus manos fuertes, aferradas a las mías.
Dime ¿Qué hacías cuándo me mirabas a los ojos? ¿Qué sentías?
Otra vez tus manos, en mi cintura.
¿Buscabas algo?
Sentí tu respiración en mi oído.
¿Qué pensábamos?
En la despedida, tan triste, tan distante.

Y sigo sin entender ¿Cómo pude seguir ahí? ¿Cómo sigo ahí?

¿Cómo hago para olvidarlo?





lunes, 20 de octubre de 2014

Monstruo.

Ella lo amaba y se lo decía.
Con una mirada...
Un gesto...
Una sonrisa. 
No importaba cómo pero él lo sabía.

Ella ya se había sentido de esa manera.
Sabía de las consecuencias que traería el amor...
Lo sabía.
Pero se enamoró igual.

Al principio no fue de la mejor manera. Ella desconfiaba. Pero se acostumbró a su estúpida manera de pensar... (¡Nadie te quiere, todos son iguales! Solo te lastimarán, no te necesitan).
A pesar de su miedo siguió. Intentando. Queriendo que todo cambie de una vez.
Con el tiempo se dio cuenta de que sí, aunque pareciera distinto, la lastimó. Lloro días por él.
Pero ella era la culpable. El no haber hablado, explicado, falta de diálogo.
Lo quería y perdonó...

Pero no se dio cuenta que ella era igual, que tenía un pasado. Alguien dentro suyo, que le decía lo que estaba bien y mal. Pero ella siguió sus impulsos.
Ciega, de no creer que ella era igual que todos.
Que su desconfianza se transformó en desinterés. Que ella lo iba a lastimar.
Al final, todos se vuelven las personas que dijeron que nunca serían.
Ella lo sabía, dolida, triste. Con vergüenza y desilusionada de si misma.
Se convirtió en eso, en el monstruo que no quería.
Lo lastimó.
Y no saben cuanto dolió.

miércoles, 8 de octubre de 2014

Primavera tan fría.

Abrázame, aférrate a mi. Eres como mi hogar, no me sueltes. No conozco esta calle, esta ciudad. 
Por favor, no cierres tus ojos, no sabré a dónde ir. 
Siempre estaré allí. Pero hay algo que va mal, un viaje que no puedo percibir.
Solo te salvaste a ti en el momento que ocultabas todo. 

Solía esperar afuera, sabiendo que te iba a encontrar. Que cruzarías esas rejas y te tendría a mi lado. 
Me salvabas de la ruina que era mi corazón. 
Aunque te salvabas a vos mismo ocultando todo. 

Sé que no me equivoqué en pensar que nunca vi una primavera tan fría. 
(No, aleja tus manos, no quiero sentir este frío).

Sí, sigo esperando, porque no era así como tenía que suceder.
¿Por qué no puedo soñar con que te tengo aquí? ¿Por qué? 





viernes, 11 de julio de 2014

Te amo.

Te amo, sin contratiempos, ni palabras válidas. Con razón o sin razón. Te amo por ser mío. Por tenerte a mi lado, apoyándome en las buenas y aferrándote en las malas. Por aceptar mis cualidades y cicatrices. Por no soltarme la mano. Por ser hoy, quien me da felicidad. Por ser quien me podrá salvar. 



ilogicamente solo amar

Voy a escribirle a todo el mundo lo que siento por ti, demostrar lo cuan enamorada estoy.
Con un montón de contradicciones que parecen sencillas. Con cambios de ánimos y peleas. Con palabras que tratan de demostrar lo que uno siente.
No voy a hacer una lista de las cosas que me gustan de ti, ni voy a decir que te amo porque un día te conocí y fuiste capaz de darme amor aunque las situaciones se pusieran difíciles. No, por supuesto que no diré como de una discusión se llega a un abrazo. O como de un abrazo, se llega a una mirada. Y de esa mirada, salga un beso. No me pondré a entender lo que siento por ti.
Porque, en realidad, estar enamorada no se basa en encontrar el lado lógico de las cosas, si no de ilógicamente sólo amar. 

Aún en la oscuridad.

Y podría esperarte en el mismo lugar, cientos de veces, con tal de verte de nuevo. No tendría frío, si contara con ese abrazo al regresar. No habría miedo, porque sé que a la vuelta siempre estás tú. Lo juro, me quedaría ahí, atascada, por ti.
No hay un por qué, ni nada a cambio. Solamente lo haría, esperaría en la penumbra, amándote en silencio, si tu me prometieras, que me amarías, aún en la oscuridad. 




miércoles, 2 de julio de 2014

Yo prometo.

-Nunca te voy a lastimar, te lo prometo. –Entrelazó sus manos con las mías-
-No, por favor. Nunca más digas eso, no lo prometas. –Le respondí tan rápidamente con el miedo de que algo sucediera-
-¿Por qué? ¿Qué hay de malo en eso? ¿Acaso quieres que te lastime?- Pronuncio él, con un dejo de tristeza y molestia en sus palabras-
-No, no es eso. Es simplemente la necesidad de no querer que lo hagas. Ya que si lo prometes espero que sea así, pero nunca lo será. No sabemos lo que nos puede pasar de aquí a un mes. Si tú me amaras de la misma manera en la que yo te amo. Si yo voy a ser la única que te llame la atención. Si conocerás a otra persona. Si cuando el mundo se acabe, yo te deje de amar. No volveré a ser la misma. Porque el amor que siento por ti duele, con el constante miedo de perderte. Y es tan difícil decirlo sin caer a tus brazos, pero, te amo, y eso lo único que me importa ahora.  


Te quiero

¿Recuerdas ese momento en el que nos unimos tanto? Yo sí. Fue cuando la vida nos dio un golpe duro y tuvimos que actuar de la forma más madura. No demostrando nuestras tristezas, si siguiendo para adelante.

Vos pudiste haberte ido, dejándonos atrás, que nos arregláramos solas. Pero no, vos estuviste ahí, como siempre. Con la frente en alto, preparándonos la comida, esperándonos que volviéramos del cole. Hablando de lo bueno que nos espera, esperanzada, de que tus palabras se cumplieran…

Hay días que nos cuestionábamos ¿Qué hubiera pasado si nada de esto sucedía? Yo nunca supe que responder, pero agradezco no haberlo hecho. Ya que gracias a eso, pudimos conocernos más. Saber que estábamos la una, para las otras, las 3 juntas. Que nunca nada ni nadie nos iban a separar, porque al final de cuentas, lo único que persiste es la familia.

Yo ahora estoy feliz, agradeciendo lo que tengo, porque vos me lo enseñaste.
A veces, me vienen las palabras de papá: “Cuando nosotros no estemos, lo único que va a quedar son ustedes. Por favor, inténtenlo. Llévense bien”. Aunque admito, nos costó un poco. Con idas y vueltas, pero al fin y al cabo, juntas.

Tal vez no siempre nos vamos a contar todo, por lo menos no explícitamente, pero al menos me reconforta que cuando te necesite, vos estarás. Que seguiremos siendo las mismas, nos insultaremos, gritaremos, diremos cosas que no nos gustan…

Pero cuando sea domingo por la noche, recordaremos todo lo que vivimos. Querré que estés conmigo para ir a dar una simple vuelta, que me digas qué me queda mejor, aunque no te haga caso. Que reniegues por pavadas. Que te sienta cerca mío. Que necesite una de esas charlas…

Pero claro, si no hicieras todo eso, ¿Quién sería mi hermana? No lo sé… Pero honestamente, no hubiera elegido a alguien más. 

miércoles, 4 de junio de 2014

Perdón.

Cada vez que me alejo tengo miedo. No sé cuándo será el momento en el cual te volveré a ver. ¿Será mañana, pasado, nunca? ¿Éste podría ser nuestro último beso?


Perdón si a veces te abrazo con fuerza y me aferro para no soltarte. Si miro fijamente a tus ojos color café. Si te agarro tu campera... Si no te suelto la mano. 
Sólo son mis inseguridades, el no volverte a ver. Mis estúpidos miedos y la necesidad creciente de estar contigo. 


jueves, 3 de abril de 2014

+

Es todo tan raro. Pasamos nuestros mejores días sin conocernos. Nos enamoramos y no fue el uno al otro.
Me hubiera gustado poder enamorarme de ti una y mil veces, me hubiera gustado que fueras tu, el que estuvieras ahí siempre. Con el que pudiera haber compartido tantos momentos felices, para poder recordarlos, y tristes, para apoyarnos. 

Tal vez estábamos destinados a conocernos pero no a amarnos.

Tal vez algún día, en otra vida, podamos estar juntos.
Podamos estar juntos...